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Madrid-Albacete en coche no debería llevar más de dos horas, pero a mí me llevó 3 horas y media por olvidar que el viernes era festivo y salir a la peor hora posible. Claro, llegué tarde a mis dos pruebas de sonido en Visión 6 TV y AB TV. ¡Buen trabajo! Nunca llego tarde porque sé lo importante que es, pero no pude evitarlo. El problema es que sólo tenía 10 min para colocar mi set entero (siempre que digo “set entero” me viene a la cabeza este look) aprovechando la emisión de anuncios en Visión 6 y sólo ahí me percaté de que había olvidado 2 adaptadores de red muy importantes en Madrid. ¿Se puede ser más gili? ¡Seguro que no! Pero show must go on, así que micro en mano la muy hábil periodista (sin ironía) improvisa una entrevista y yo un set de beatbox a la vuelta de los anuncios después de darme de cabezazos contra un pilar de la carpa de la TV.

Gracias Visión 6 por vuestra infinita paciencia. Sigo sin ironía.

Ya pasó. Voy a recoger mi mochila que dejé apoyada en el suelo detrás del escenario, y me la encuentro completamente azul y con un repugnante olor a pis que aún hoy tengo atrapado en la pituitaria. ¡Efectivamente! ¡Tatatachán! El urinario transportable que había detrás de la carpa tenía una pequeña fuga y toda mi mochila con la ropa dentro hacía las veces de esponja. Mmmmmh… Sí… Qué rico… Al fin y al cabo el líquido azul huele bien, pero la mezcla con los deshechos humanos de los culos que trabajaban en aquella televisión, resulta completamente insoportable. Creo que prefiero que me caguen en las muelas directamente a tener que volver a ver toda mi ropa impregnada por el nauseabundo líquido.

¿Por qué no se acabará el día ya? Porque aún tenía que ir a la otra TV, donde me esperaban para tocar en directo, y decirles que no iba a poder ser porque no tenía los cables. En el trayecto miraba al cielo por si acaso me caía un rayo, una maceta o un velociraptor volador. Al llegar allí me di cuenta de que mi cuerpo rezumaba mala energía y olor a pis azul, de tal forma que se generaban discusiones absurdas a mi paso, y probablemente rumores de que me había meado. Mientras yo explicaba que no podía tocar, a la vez que limpiaba con una botella de agua y papel higiénico los restos azules de mi billetera y llaves, ante el asombro atónito de los programadores de AB TV, mi amigo Freud (creo que se llama Antonio, pero siempre fue y será Freud) ingeniaba la forma de conseguir a las 23:00 unos adaptadores de red que sirvieran, con un profundo y absoluto éxito. Ole él y su mente privilegiada y resolutiva. Fue él también quien dijo “no te emociones todavía, que no es tu día. Toca. Ya descorcharemos el champagne”. Improvisan rápidamente un soporte para mis máquinas y mientras termino de colocar las cosas el presentador empieza a hablar en cámara en directo. Yo allí sudando por las prisas, sin concentración ni prueba de sonido, oliendo a culo y pis, y con cierto desconcierto.

No hubo champagne, pero sí gambas y cerveza con familia y amigos. Si lo pienso, qué bien me lo pasé en Albacete, joer. Y sigo sin ironía.   🙂

Beatmac

Un comentario en “En Albacete con cierto desconcierto

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